La Economía de García V

viernes, 18 de enero de 2008


La Economía de García V parte

TLC, enfriamiento de la economía americana y pobreza rural.

Escribe Waldo Mendoza


Con la aprobación del Tratado de Libre Comercio por parte de los congresos de Perú y Estados Unidos (TLC), se consolida el acceso preferencial a los productos incluidos en la Ley de Promoción Comercial y Erradicación de la Droga (ATPDEA), así como el acceso inmediato a determinados productos que anteriormente no estaban beneficiados por esta ley. Además, se inaugura el ingreso libre de aranceles que involucran el 87 por ciento del monto total importado desde los Estados Unidos.

¿Cuáles son los efectos macroeconómicos de este tipo de acuerdos comerciales?

Según la literatura internacional, autores como Sachs y Warner (1995), Berg and Krueger (2003), Sachs (2006) y Sala-i-Martin (2007) consideran que la apertura comercial, la eliminación de las barreras arancelarias, es favorable para el crecimiento económico.

Sin embargo, otros, como Rodrik (1999), Krugman (1999), Sachs y Thye (1997) y Stiglitz (2006) consideran que son las exportaciones, no la eliminación de las barreras comerciales, las que promueven el crecimiento económico.

La experiencia del este asiático y, sobre todo, la reciente experiencia de China, parece haber sellado la discusión: es básicamente la inserción en los mercados internacionales a través de las exportaciones, no la apertura a las importaciones, la que favorece el crecimiento económico. Incluso, la experiencia peruana del 2002-2005, con el ATPDEA, de crecimiento liderado por las exportaciones, puede considerarse un ejemplo de este exitoso método de crecimiento.

¿Qué es el TLC, en su aspecto comercial? La versión oficial destaca al TLC como, esencialmente, una apertura del mercado norteamericano para la producción peruana:

“ El TLC que el Perú acaba de lograr hace posible que prácticamente el 100 % de nuestros productos agrícolas e industriales ingresen sin pagar aranceles al gigante del Norte, nuestro principal socio comercial” (Oportunidades con el TLC. Mincetur).

Pero el TLC no es solo la apertura del mercado norteamericano para la producción peruana. La apertura del mercado norteamericano ya se dio con el ATPDEA. Son muy pocas las partidas adicionales que no estaban presentes bajo el ATPDEA y se consolidan bajo el TLC: bajo el ATPDEA se otorgó 1,168 partidas libres de arancel de un total de 5,524 partidas, mientras que bajo el TLC se otorgó un total de 1,241 partidas.

En consecuencia, aparte de que el TLC convierte en permanente la apertura del mercado norteamericano para nuestros productos, que era transitoria con el ATPDEA, lo cual está bien, el TLC significa, en términos prácticos, en el corto plazo, fundamentalmente, una apertura a las importaciones americanas.

La pregunta que hay que responder es, entonces: ¿cuál será el efecto de corto plazo de la reducción de los aranceles a los productos americanos sobre el nivel de actividad económica en el Perú? La respuesta teórica es nítida: una reducción unilateral de los aranceles a los bienes finales de un país extranjero, abarata el producto extranjero, disminuye la demanda por bienes nacionales y por lo tanto, en el corto plazo, reduce el nivel de actividad económica y el empleo[1].

La firma del TLC con los Estados Unidos ha coincidido, lamentablemente, con el enfriamiento de la economía americana. Un ejercicio realista para la economía peruana consiste en indagar acerca de cuáles serían los efectos de la reducción de los aranceles a los productos finales provenientes de Estados Unidos, junto con el descenso del nivel de actividad económica de nuestro principal socio comercial.

Mientras la reducción de aranceles hace caer la demanda por los bienes locales que compiten con importaciones americanas, el menor nivel de actividad económica norteamericano significaría una menor demanda por nuestras exportaciones. Estos choques de demanda adversos tienen en efecto recesivo en el corto plazo.

Los efectos del enfriamiento de la economía americana ya parecen notarse en el Perú. Durante el 2007, el ritmo de crecimiento de nuestras exportaciones hacia los Estados Unidos ha caído apreciablemente.

Cuadro 3: TLC y desaceleración

Americana




¿Y cuál es el efecto probable del TLC (la apertura a las importaciones americanas) sobre la pobreza?

En el Perú, la pobreza, es un fenómeno básicamente rural. Según la Encuesta Nacional de Hogares 2006 (ENAHO), el 44.5 por ciento de los pobladores en el Perú son pobres, de los cuales el 76.5 por ciento se encuentran ubicados en la Sierra Rural y dependen, directa o indirectamente, de actividades agropecuarias para su sustento. En el caso de la pobreza extrema, el 16,1% de los pobladores en el Perú son pobres extremos, los cuales se encuentran ubicados mayoritariamente en la Sierra Rural.

Cuadro 4: Pobreza y pobreza extrema

En consecuencia, para ver el efecto del TLC sobre la pobreza hay que examinar los efectos de la apertura comercial que supone el TLC sobre el sector agropecuario. ¿Cómo afectará la apertura comercial impuesta por el TLC sobre las actividades agropecuarias de los pobladores de la sierra rural? La respuesta a esta pregunta es compleja, pues en el Perú, hay muchos sectores agropecuarios.

En términos agregados, se pueden distinguir tres sectores agropecuarios: el sector agropecuario de exportación, el sector agropecuario que compite con importaciones y el sector agropecuario que produce exclusivamente para el mercado interno y que no enfrenta a la competencia extranjera. En el sector agropecuario no transable, la oferta está dada en el corto plazo y los precios son flexibles, se ajustan antes los excesos de demanda u oferta; mientras que en el sector agropecuario transable, exportable o importable, los precios vienen determinados por los precios internacionales, el tipo de cambio y por los aranceles o subsidios, y los excesos de demanda u oferta se enfrentan con más importaciones o exportaciones.

En este contexto, una reducción de los aranceles hace caer, en primer lugar, los precios de los bienes agropecuarios importables, lo cual beneficia a los consumidores, porque bajan los precios a los que acceden en los mercados; pero perjudica a los productores de bienes importables, al reducir el ingreso por ventas de dichos productores. Como los bienes agropecuarios transables son sustitutos con los bienes agropecuarios no transables, la reducción del precio de los importables hace caer la demanda por bienes agropecuarios no transables, deprimiendo sus precios y afectando el ingreso de los productores agropecuarios de bienes no transables.

De esta manera, una apertura comercial unilateral puede perjudicar tanto a los productores agropecuarios de bienes transables importables, como a los que producen bienes agropecuarios no transables. Y los bienes no transables son producidos masivamente por los campesinos de la Sierra Sur.

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Los beneficiarios con la apertura unilateral a las importaciones serían los exportadores de productos agropecuarios, pues la apertura puede abaratar el precio de sus insumos importados para el proceso productivo.

La literatura que trata sobre este problema es contundente, pero ignorada. Zegarra (2005), Rebosio (2006) y Escobal y Ponce (2006) no tienen dudas que el TLC agravará la situación de la población vinculada a las actividades agropecuarias no transables, localizadas en la Sierra Sur.


[1] Si la reducción arancelaria afectase solo a los insumos, el efecto de corto plazo de la reducción arancelaria sería favorable para la actividad económica interna.


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