El Sobrecalentamiento como coartada

sábado, 9 de febrero de 2008


Félix Jiménez

Economista Ph. D.

Profesor Principal de la PUCP


La hipótesis del sobrecalentamiento oculta los efectos negativos sobre el sector externo de la política comercial, de la expansión del crédito en dólares y de la erosión de la regla de intervenciones esterilizadas en el mercado cambiario. Los que la aceptan creen que el problema central de nuestra economía es la inflación y, por lo tanto, aconsejan restringir el crecimiento de la demanda mediante el aumento de la tasa de interés real y la reducción sustancial del gasto público.


Dicen que ¡la brecha entre la demanda y el producto potencial ha aumentado!, pero no tienen una estimación de la tasa de crecimiento de este producto ni dato alguno sobre cuellos de botella sectoriales. Además, no hay estudios que muestren que la economía se encuentra por encima del pleno empleo y menos que existen aumentos sustanciales en los salarios nominales.


El argumento del sobrecalentamiento es deleznable. Es verdad que la inflación (3.93%) está por encima del límite superior (3%) del rango de la meta de inflación (2%). Pero, ¿si ese límite hubiera sido de 3.5% o de 4% y la meta de 2.5% como antes o de 3% como en Chile? Hay también un repunte de la inflación subyacente (3.1%) –excluye precios de productos que muestran un comportamiento volátil--; pero, si se elimina de la canasta básica el rubro de alimentos, la inflación se reduce a sólo 2%.


Es cierto, la inflación ha aumentado, pero en todos los países de América Latina, y también en Estados Unidos, Asia, y Europa. A pesar de ello, el Perú registró una de las tasas de inflación más bajas del mundo, sin duda, porque no hay ninguna obvia presión de demanda en su mercado laboral.


Las razones del deterioro del sector externo

La inflación no es, por lo tanto, el problema central, sino el deterioro que muestran, desde el año 2006, las cuentas del sector externo, y que tiene que ver con las políticas que acentuaron el efecto del crecimiento de la demanda sobre la balanza comercial.


Se efectuaron dos rebajas arancelarias: en diciembre de 2006 y en octubre de 2007. Disminuyó el tipo de cambio real bilateral en 8.75%, entre julio de 2006 y diciembre de 2007; y, el tipo de cambio real multilateral en 3.32%, entre julio y diciembre de 2007. Además, el Banco Central estimuló la expansión del crédito en dólares al elevar la remuneración al encaje de los depósitos en este tipo de moneda. Entre diciembre de 2006 y diciembre de 2007, los pasivos internacionales de los bancos aumentaron en 211.3% y los créditos en dólares crecieron a la tasa de 32.6%.


Estos hechos, en un contexto en el que la economía norteamericana y otras son crecientemente penetradas por la producción industrial China, originaron una tendencia generalizada al deterioro del sector externo. El año pasado, las exportaciones nominales aumentaron en 15%, después de haber estado creciendo a tasas superiores al 30%; mientras las importaciones nominales crecieron en 32%, muy por encima de la tasa de 20% a 23% de años anteriores. De otro lado, las exportaciones reales aumentaron en 0.5% en 2006 y en 5% en 2007, pero lo hicieron a la tasa de 15.2% en el año 2005. Por su parte, la tasa de crecimiento de las importaciones reales aumentó de 12.3% en 2006 a 22% en 2007.


Si este comportamiento continúa y no se reducen las remesas de utilidades de las empresas extranjeras al exterior, en este año y en los siguientes se registrarán déficit crecientes en la Balanza en Cuenta Corriente. Y, si se acentúa la actual crisis recesiva de los Estados Unidos, el deterioro del sector externo será mayor y alcanzaría un déficit parecido, en porcentaje del PBI, al registrado en 1998, año de crisis financiera internacional.


Deterioro del sector externo y el sobrecalentamiento

La contribución al crecimiento económico de las exportaciones y de la demanda externa cayó en 2006 y 2007. Las exportaciones fueron responsables del 51.9% y 46.9% del crecimiento de los años 2004 y 2005; pero en los años 2006 y 2007 sólo explicaron el 1% y el 12.2% del crecimiento, respectivamente. Debido a esta reducción y a la aceleración del crecimiento de las importaciones, la demanda externa neta afectó negativamente al crecimiento del producto (véase Cuadro 1).


Cuadro 1

(Si desea apreciar las cifras del cuadro con mayor claridad presionar sobre el cuadro)


El crecimiento de la demanda interna en estos dos últimos años fue liderado por la inversión privada. El consumo privado creció a tasas menores que las del PBI, aunque crecientes: alcanzó un máximo en el 2007, justamente cuando se disparó el crecimiento del crédito en moneda extranjera. De otro lado, la tasa de crecimiento de la demanda interna por producción nacional (demanda interna menos importaciones) no superó a la del PBI, aunque aumentó su contribución al crecimiento de 53.1% en 2005, a 97.9% en 2006 y a 86.6% en 2007. La hipótesis del sobrecalentamiento es, por lo tanto, equivocada. El mayor crecimiento de la demanda interna fue resultado del aumento relativo de las importaciones y, este aumento redujo la contribución de la demanda interna por producción nacional al crecimiento del PBI (véase cuadro 2). La puesta en vigencia del TLC tendrá un efecto parecido.


Cuadro 2

(Si desea apreciar las cifras del cuadro con mayor claridad presionar sobre el cuadro)



Conclusiones: las opciones de política

¿Qué hay que hacer para evitar la crisis del sector externo? El BCRP debe dejar de hacer mezclas extrañas de política. Debe subir el tipo de cambio. Puede revertir la presión a la baja del tipo de cambio, sólo con las compras esterilizadas de dólares. Además, debe provocar una contracción drástica del crédito en moneda extranjera, aumentando el encaje marginal por encima del 50%. Ya lo elevó a 40% el 16 de enero, por lo tanto, debe subirlo más.


El MEF, por su parte, debe aprovechar la oportunidad para hacer una reforma tributaria que configure un sistema de recaudación más progresivo. Puede, por ejemplo, aplicar un impuesto a las remesas de utilidades para disminuir el déficit del rubro Renta de Factores de la Balanza de Pagos, que en los años 2006 y 2007 alcanzó una cifra equivalente al 8% del PBI. También puede aplicar una sobretasa arancelaria temporal para contraer la demanda de importaciones. Pero, además, puede aprovechar la coyuntura para introducir una regla contracíclica. En ningún caso debe frenar a las inversiones públicas.


Finalmente, para combatir los efectos inflacionarios netos del aumento del tipo de cambio y de los aranceles, la autoridad monetaria debe retornar al manejo limpio de su instrumento tasa de interés y cuidar, ciertamente, el sistema de metas de inflación.

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