El Conflicto amazónico peruano

miércoles, 24 de junio de 2009

¿La curva del diablo del sendero exportador?

Alberto Graña[1][i]

Para el Observatorio Económico de América Latina

www.obela.org



Qué duda cabe que la protesta amazónica y nacional –cuando menos pone en cuestión la expansión territorial del patrón primario exportador realmente existente. Hablamos de un modelo exportador histórico, reiterado en tiempo y espacio ante la década de Fujimori , porque la industrialización en el Perú solo significó una breve ola entre 1950 y 1990, en un mar de “auges” exportadores. En otras palabras, el patrón primario exportador no es nuevo, es más bien una regularidad histórica de la economía peruana, literalmente desde la irrupción de los españoles.

Mapa de ubicación

Mapa tomado de The Economist

Algunas muestras emblemáticas del auge y tragedia exportadoras en el Perú son la explotación de oro y plata en Potosí, el caucho en la Selva y el guano en la costa. En su versión más contemporánea, se percibe el mismo olor a guano si nos atenemos a la evidencia –hasta ahora encontrada- relativa a los “faenones” para denominar a la concesión criolla y mañosa de lotes para la exploración petrolera de la amazonía y en otras partes del territorio.

El 5 de junio, desafortunadamente, detonó con sangre en la Curva del diablo el prolongado reclamo del pueblo amazónico abriéndose un momento político y económico distinto, más complejo. Denominé “El Perú invisible” en 2005 a este tipo de “fenómenos sorpresivospara referirme a hitos importantes, no previstos, pero previsibles, e invisibles hasta que estallan, que coinciden o aceleran el “cambio de rumbo de un ciclo económico o político, como por ejemplo: la reforma agraria en 1971, el paro nacional de 1977, la estatización bancaria, la hiperinflación y el terrorismo, entre 1989 y 1994, el Arequipazo antiprivatizador en 2002 y, ahora, la protesta de los pueblos amazónicos en contra de la extensión territorial del actual modelo de crecimiento exportador. Es una protesta que, en menos de una semana, se propa y paralizó a amplios territorios altos andinos y amazónicos a lo largo y ancho del país.

Estas manifestaciones de la realidad admiten diversas lecturas pero, ciertamente intuyo que nos ubican, como país, ante un momento histórico peculiar que puede significar una nueva oportunidad de ordenar nuestra economía y territorio sobre bases más sostenibles; o, puede significar la continuidad de un patrón de crecimiento de explotación primaria de recursos no renovables, cuya magnitud ya empezó a mostrar su cara más oscura para referirnos solo a algunos de los lunares más contaminados por la minería: La Oroya y Cerro de Pasco. O, lo más probable, una compleja combinación de ambas.

La protesta amazónica podría significar un reto -inédito y complejo- que requiere de la acción del Estado, los académicos, las ciencias sociales, las organizaciones regionales, los colegios profesionales, las minorías étnicas, las comunidades, etc. para empezar a debatir sobre las visiones y orientación del patrón de desarrollo para nuestro país, sobre todo, los escenarios alternativos en un momento de crisis[ii] internacional.

Un punto de inflexión, análogo solo desde el punto de vista del “cambio de rumbo” del “modelo” económico “estatista e industrializador” vivimos los peruanos alrededor de 1989-1994. En aquel período crítico en la solución al colapso del sistema primó la correlación de fuerzas del poder económico y militar e implicó adoptar un régimen político autoritario y, la puesta en vigencia de una nueva constitución política que permitió: privatizar los bienes del estado y los fondos de pensiones, liberalizar el trabajo y el comercio exterior y, aplicar una sesgada regulación del cumplimiento de políticas económicas condicionadas y laxa regulación de normas ambientales y laborales, en el marco del Consenso de Washington.

El resultado, desde el punto de vista del cambio en la orientación del patrón dominante, significó el tránsito de la industrialización sustitutiva de 1950-1990 y el retorno a la pauta histórica de una economía primario exportadora, después de 1990. La gestión del “nuevo” modelo significó el tránsito del monopolio público a un elevado grado de monopolio privado en la economía, rasgo que no se ha modificado desde 1990, ni durante los sucesivos gobiernos democráticos. Desde el punto de vista del resultado en la distribución social del excedente[iii], si bien no existen cifras actuales, según el staff del FMI, en 1996, el 10%, más rico de la población (decil superior) percibió la mitad del ingreso generado mientras que el 10% más pobre percibió menos del 2%.

[iv]Otro resultado desde el punto de vista del régimen político fue, como dice O.Ugarteche, “no solo un régimen autoritario sino cleptocrático y mafioso que gobernó con la ayuda de un pequeño sector de empresarios banqueros, abogados, consultores de empresas, directores de medios de comunicación que hicieron su agosto”. Durante la dictadura del ahora sentenciado A. Fujimori la producción de las leyes específicas para el funcionamiento del sistema, emanadas de la nueva constitución, fue tarea de los grandes estudios de abogados y de los parlamentos de los gobiernos que le siguieron.

Sin embargo, este estilo poco transparente y dudosamente democrático de legislar se puso al descubierto con las movilizaciones de los pueblos amazónicos. Aun más, los 99 decretos dictados bajo delegación de facultades extraordinarias del congreso al ejecutivo, la mayor parte fue dictada a espaldas del propio congreso[v]. Entonces, cabe legítimamente la pregunta que se plantea A Rodrich[vi]: ¿Qué lobbies no se habrán movido para sacar adelante sus iniciativas aprovechando la avalancha legislativa?. Y, una pregunta mía, ¿el estilo poco transparente de la avalancha legislativa significa un patrón del estilo de legislar heredado de la década Fujimorista?

Por lo tanto, el cómo se solucione esta crisis, creemos que condicionará las posibilidades reales de transitar hacia otras formas de desarrollo alternativas a la primario exportadora. Estamos en la posibilidad de buscar diversas formas de ordenar nuestro territorio y economía y, de vislumbrar una mejor inserción en el mundo global. Ello se vuelve más apremiante en el contexto de una crisis recesiva mundial de duración aún no determinada, pero presumiblemente profunda y prolongada.

En esta oportunidad, diversas personalidades y serios formadores de opinión han reconocido el desafío que implica la lucha de los pueblos amazónicos al modelo neoliberal (Otra mirada, Informe Nº 45 10-06-2009) e, incluso, se ha descubierto que, “las crisis en torno a Bagua hoy los muestra – a los pueblos amazónicos - integrando una red de organizaciones notablemente modernas y sintonizadas con los usos y costumbres de la globalización. Bastante más modernos que el petróleo[2](sn). M. Lauer hace referencia al concepto de especialización flexible que, efectivamente, representa el nuevo paradigma organizacional de la empresa transnacional visible desde los años 70, posterior al paradigma fordista -jerarquizado y vertical- de la producción en masa de la posguerra. El concepto de la especialización flexible explica cómo la ETN ha relocalizado su producción a nivel global y también cómo ha modificado la organización del trabajo en determinados territorios dentro de los países en los que interviene (condicionando la eficiencia de los sindicatos organizados tradicionalmente). En el Perú, a fines del 2001 un antropólogo suizo y un ambientalista norteamericano, en el Parque Nacional de Huascarán, estudiaron la emergencia de múltiples redes sociales entre arrieros de montaña y su relación con operadores turísticos europeos[vii]. En 1966, el Antropólogo Allan Holmberg de la misión científica Perú Cornell, en una encuesta realizada a comunidades andinas del Perú, Bolivia, Ecuador, encontró a estas como “instituciones pujantes y capaces...”. Pero incluso, mucho antes, si recuerdo bien, a principios del siglo pasado[viii], miembros de las comunidades campesinas de Cusco y Puno se desplazaban a otros centros urbanos y mineros del país y fuera de él. Como se puede apreciar, tenemos mucho que aprender de las organizaciones del mundo andino y amazónico que, como bien dice Lauer, hasta antes de los sucesos violentos de la Curva del Diablo en Bagua, “eran vistos en conjunto como reliquias étnicas necesitadas de protección y conservación” (12-06-2009). El saludable cambio de visión de “reliquias étnicas a “organizaciones modernas va más con la idea de J. Urrutia de tomar en cuenta la “historicidad” de estas sociedades, más que considerarlas (...) como repositorios de transmisión casi inmutados[ix]”. Más recientemente, pude observar formas organizacionales análogas a la especialización flexible (en distintos pisos ecológicos) en las estrategias de las familias extendidas en diversas comunidades campesinas de la sierra norte de Lima (Churín - Oyón) y en algunos de los distritos de la Cordillera Negra[x]. O sea, hay base social y, “es más moderna que el Petróleo”.

Las opciones: ¿continuidad? , ¿cambio de rumbo?

Bajo el riesgo de simplificar y con la única finalidad de contribuir a aclarar el panorama de opciones de largo plazo, creemos que se abren hasta dos posibilidades aunque con rango diverso de posibilidades intermedias:

a) Persistir en la ruta primaria de la extracción de recursos naturales no renovables, esto es, dar curso al desembalse de 99 decretos legislativos que abarcan y afectan complejos temas internos. Tomemos en cuenta que la continuidad del actual modelo requiere de la implementación de un costoso programa de infraestructura económica caracterizado por una peculiar concepción del riesgo moral y empresarial, de privatización de ganancias y socialización de las pérdidas[xi]. El problema más importante quizás es la orientación e idoneidad de dichas inversiones públicas de larga maduración, su calidad de complemento a la gran inversión privada orientada a la exportación y su propuesta tecnológica. El paquete tecnológico que proponen, poco o nada tienen que ver con la investigación que no sea de exploración de recursos en amplios territorios como el amazónico, las grandes obras de ingeniería poco dejan al conocimiento público de la ingeniería nacional y regional, que no sea minería o geología. Los paquetes tecnológicos para la gran empresa se restringen a zonas urbanas donde hay mercado suficiente pero, poco tiene que ver con economías como la peruana en la que la tercera parte de la PEA vive en poblaciones menores de 500 habitantes. Para terminar, parafraseando A. Shetjman, el paquete tecnológico de la gran agroindustria exportadora (de la costa), que es muy valiosa, es distinta que la propuesta tecnológica que requiere la transformación productiva de la pequeña y mediana empresa rural, que es inmensamente mayoritaria en términos de generación de empleo y de producción de pan llevar para las zonas urbanas.

Por último, pero no por ello menos importante, la tragedia de la Curva del diablo en Bagua nos advierte claramente del nivel de conflictividad potencial existente originado por la competencia en la explotación y uso de los recursos naturales entre las poblaciones nativas y las empresas concesionarias privadas[xii].

b) Todavía, soñar no cuesta nada. Entonces, la otra posible gran opción estratégica podría considerar en primer lugar , nuestra condición de país biodiverso, y con un enorme patrimonio natural y también cultural, como el eje deseado del proceso de conservación y transformación de largo plazo. Por la naturaleza de la localización de los recursos tal orientación requeriría de la complementación regional interna y de la relación con la región y el mundo. Es más amplio que relacionarnos con el mundo a solo a través de los mercados de materias primas. Se trata de un patrón de desarrollo descentralizado, claramente centrado en los componentes de educación e investigación básica y aplicada y, en la adaptación tecnológica[3] focalizada en nuestros recursos naturales, culturales y habilidades organizacionales. Implica empezar a conocernos. Puedo equivocarme pero pocas veces percibo una posible coincidencia entre la orientación económica alternativa a la primario exportadora y, la emergencia de nuevos sectores y actores organizados, cuyas reivindicaciones se orientan a la conservación y posiblemente a la transformación sostenible de sus territorios. También cabe mencionar el dinamismo que han adquirido en diversas regiones el turismo cultural (arqueológico), vivencial y de naturaleza, además de su contribución al fisco y a la balanza comercial.

En otras palabras, sostenemos que la crisis abre la posibilidad de un nuevo contrato social en el que los pueblos amazónicos y andinos sean parte importante del patrón de desarrollo nacional. La orientación de un hipotético patrón alternativo de desarrollo la sintetizó Hugo Cabieses en 2008[xiii]. Cabieses sostiene que “nuestra principal riqueza exportable es la biodiversidad (...), el ecoturismo, el manejo integral y sostenible de los bosques (…),la captura de carbono por estos bosques y de los fondos que se generan por la captura de carbono (...) que constituyen una riqueza exportable”. Si bien el planteamiento se refiere a las exportaciones basadas en naturaleza, un patrón alternativo también requeriría inicialmente del concurso masivo de investigación básica y aplicada de la biodiversidad de la amazonía y de los andes, paralelo a un rescate de la ciencia y tecnologías locales u originarias, de los “saberes locales”. El apreciable lector podrá colegir el tipo de trabajo calificado[xiv] que se podría generar para nuestros jóvenes egresados por un cambio en la orientación y el significado de la investigación científica y aplicada en el país. Desde esta perspectiva, en la era de la sociedad del conocimiento la educación, investigación y la creación cultural y tecnológica debería ser considerada un bien público. No, como es en la actualidad, un mero bien de cambio.

Para ponerlo en palabras del Monseñor Paco Muguiro (SJ) Vicario General de Jaén: “todavía no nos damos cuenta de que en un futuro muy próximo la calidad del medio ambiente, la biodiversidad de nuestra flora y fauna que, por la variedad de los múltiples pisos ecológicos existentes en nuestro país, es múltiple y rica, será mucho más valiosa que los minerales que ahora se extraen poniendo en peligro dicha riqueza…El principio para Paco Muguiro[xv] es: que extraigamos los recursos minerales y los recursos no renovables, que se terminan, sin poner en peligro los recursos renovables, que pueden durar siempre. Queremos señalar que esta promesa del desarrollo alternativo coincide con un sentimiento mundial de protección a la naturaleza y del control de las emisiones para evitar el calentamiento global. Por esta razón, ésta visión también admite una lectura geopolítica por la naturaleza de los recursos estratégicos con los que cuenta el Perú: nos referimos nuevamente a la diversidad cultural y riqueza arqueológica, la biodiversidad, a los recursos hídricos (como naciente de la gran cuenca del Amazonas) y a medios para la adaptación de tecnologías no convencionales y limpias, además del gas natural, que ya son bienes escasos en el mundo y cuya conservación y uso sostenible será más importante y valiosa para el país que cualquier producción extractiva (pública o privada) que la amenace.

En suma, si hablamos de modernidad, en el siglo XXI nada menos apropiado como ejemplo que el sistema primario de explotación de los recursos no renovables para la exportación, como el realmente existente. Don Raúl Prebish, personaje que al final de los años de 1940, precisamente demostró el deterioro secular de los términos del intercambio (y su efecto negativo en las economías primario exportadores en más de un siglo de relación comercial con los países industrializados), se habría espantado de leer el Perro del hortelano.

1


[1] Docente e investigador en temas de desarrollo rural, turismo alternativo y economía internacional. Docente e investigador asociado en economía internacional y desarrollo en el Departamento de Investigaciones de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
El presente artículo es parte de un trabajo permanente de observación de la crisis global titulado: ¿Recesión-deflación en el centro? Aceleradores y efectos de la crisis. Una mirada desde el Sur. Observatorio Latinoamericano. www.obela.org

[2] Mirko Lauer, Indígenas modernos, La República 12-06-2009

[3] Lugar de encuentro entre la punta tecnológica mundial y el avance científico sobre saberes locales.


[i] Iniciado el 10 junio 2009. Revisado por tercera vez el 19 de junio.

[ii] Para una excelente síntesis de los distintos patrones alternativos ver: Pilar Arroyo, Reflexiones sobre el conflicto amazónico peruano del Centro Bartolomé de las Casas. Lima

[iii] Ver A. Graña. Volatilidad externa, crecimiento y políticas económicas internas. Revista Nueva a Sociedad Nº 199. Caracas. 2005

[iv]

[v] H. Campodónico. Cristal de Mira.

[vi] Los lobbies del hortelano. La República.15 /06/2009

[vii] 2001. Klaus Auer y Tim Bryan. “ Arrieros Alive”? http//jass.doc.survey.ac.uk

[viii] Como menciona Jaime Urrutia, basado en las investigaciones de Kucksinsky,

[ix] La comunidad campesina reinventada: el ejemplo de Cumbico, Cajamarca./ Jaime Urrutia.

[x]Ver libro: El Perú invisible. CEDEP.2005. A. Graña,

[xi] Cuando menos, en lo que respecta a las carreteras transoceánicas, en las que, si el tráfico real de vehículos se sitúa por debajo de las estimaciones, el Estado asume los perjuicios. En el caso de un tráfico por encima del punto de equilibrio, el inversionista se apropia de las ganancias.

[xii] Ver también los trabajos y publicaciones de la Defensoría del Pueblo, de Bruno Revesz SJ y de Anthony Bebbington sobre el tema.

[xiii] Perú Hoy. Aprismo y liberalismo. Desco.

[xiv] Biólogos, antropólogos, arqueólogos, geógrafos, geólogos, economistas, historiadores, ingenieros, físicos, matemáticos, educadores, para mencionar solo algunas profesiones no tan preciadas por el actual mercado laboral.

[xv] Diario El Tiempo. Piura.31 julio del 2007

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