El Perú y el Primer Mundo

viernes, 30 de abril de 2010




Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

Hace dos semanas la Cámara de Comercio de Lima dio a conocer una encuesta aplicada a 561 personas: 250 empresarios y 311 público en general de los diferentes estratos de la población residentes en Lima Metropolitana. En estos tiempos pre electorales las encuestas tienen una corta vida. Sin embargo, esta llamó la atención porqué pretendió recoger la percepción de la población relativa a cuando seríamos una economía del primer mundo. Los resultados fueron asombrosos. “La mitad de la población espera que para el 2025, el Perú alcance al primer mundo”. El 46% de los empresarios y 28% de la población opinan que se llegará antes del 2021.

No se conocen los detalles técnicos de la encuesta para conocer si es o no seria. Tampoco si hay objetivos políticos para apoyar la actual gestión gubernamental co- responsable del “modelo económico”, o si se trata quizás de una pieza de las campañas empresariales para “crear conciencia” y blindar al modelo de las críticas. “Es lo que la gente quiere y con ello llegaremos al desarrollo”. No obstante, con independencia de si esta encuesta es o no técnica e inocente, libre de manipulaciones, es lamentablemente claro que no llegaremos al desarrollo, ni menos en el tiempo señalado de 11 a 14 años. 

El producto interno bruto por habitante promedio del Perú es en 2010 de US$ 4,500 anuales. Para alcanzar a las economías desarrolladas del primer mundo con un mínimo de US$ 35,000 (Altos ingresos del Banco Mundial) se requiere crecer al 15.8% anual durante 14 años. Si nuestro objetivo a alcanzar crece modestamente 1% cada año, deberíamos crecer a casi el 17% anual. Esta tasa es más del triple del 5.4% observado en el país entre 2000 y 2009 y poco menos del doble de la tasa de crecimiento de la China.

El 40% de los pobladores de menores ingresos del Perú, con un per cápita de US$ 1,400, necesitarían de un crecimiento de más del 27% anual para alcanzar a los desarrollados. En términos del nivel del producto por habitante tenemos más de 112 países delante de nosotros (2007). Con el modelo económico actual nuestros ingresos apenas crecen y cuando lo hacen es por debajo de las necesidades. Las brechas de educación, salud, alimentaria, infraestructura, transporte, posibilidades de ocio, entre otras, son notables respecto de los países desarrollados. ¿Acaso nuestros sistemas de pensiones le garantizan una vida digna en el retiro a la mayoría de los peruanos?. Es bueno ser optimista, pero no hay que caer en los excesos y menos aún con un modelo de crecimiento reconocido como excluyente (En: la Primera, 30/4/2010, p.10).

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