¿Capitalismo de tercera?

lunes, 17 de enero de 2011

Germán Alarco

El sistema económico predominante a nivel mundial es el régimen capitalista. Sus componentes principales son la propiedad privada de los medios de producción, las ganancias como motor de las decisiones, el intercambio a través de los mercados y la presencia de trabajadores asalariados. Este régimen es el mal menor respecto de otras modalidades superiores, como las autogestionarias y de la economía solidaria. A pesar de su dinámica depredadora, cuando hay presencia del Estado, ha demostrado tener mayor capacidad para promover el crecimiento económico, de auto organizarse y conducir a la mayor parte de la población a niveles de ingreso superiores. No hablamos de bienestar. Sin embargo, esta historia del capitalismo virtuoso parece aún lejana al Perú.

Los profesores Baumol, Litan y Schramm publicaron en 2007 un libro sobre el capitalismo bueno y malo. Dividieron a las economías capitalistas en cuatro categorías amplias: capitalismo oligárquico, capitalismo dirigido por el Estado, capitalismo de grandes empresas o gerencial y el capitalismo emprendedor. El capitalismo oligárquico existe cuando el poder y el dinero están muy concentrados en unas cuantas personas. Es la peor forma de capitalismo, ya que estos maximizan exclusivamente sus ingresos y riquezas, agravando la desigualdad.

El capitalismo dirigido por el Estado – dicen los autores - puede ser exitoso, tal como ocurrió en los países asiáticos, pero enfrenta riesgos en las limitadas capacidades de los funcionarios públicos. El capitalismo de las grandes empresas también ha sido positivo, pero estas empresas son reacias a tomar riesgos, a innovar y a invertir creando nuevas oportunidades de negocios. En cambio, el capitalismo emprendedor está compuesto por empresarios radicales o muchas valiosas empresas que generan y son motores del crecimiento. El reto está, en cada momento, en encontrar la mejor combinación para gozar y alcanzar el capitalismo bueno.

Aterrizando en el Perú, nos daremos cuenta que predomina la modalidad menos positiva, la oligárquica, donde la presencia del capital transnacional es mayor en la minería, Hidrocarburos, electricidad, telecomunicaciones y las grandes cadenas comerciales. También hay mucho del capitalismo de las grandes empresas en sectores como la cerveza, jabones, industria avícola, harinera, aceites, cemento y otras como el transporte aéreo. El capitalismo emprendedor basado en gran medida en las exportaciones no tradicionales, que nos sacó del hoyo en la década de los noventas, ahora permanece estancado. Bajo estas circunstancias, ¿será posible alcanzar el capitalismo bueno? 

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